martes, 22 de abril de 2008

The Final Cut

Género: Thriller, ciencia-ficción.
Dirección y guión: Omar Naïm.
Origen: USA.Año: 2004.
Duración: 96 min.
Interpretación: Robin Williams (Alan Hackman), Mira Sorvino (Delila), Jim Caviezel (Fletcher), Vincent Gale (Simon), Mimi Kuzyk (Thelma), Thom Bishops (Hasan), Genevieve Buechner (Isabel Bannister), Brendan Fletcher (Michael), Vincent Gale (Simon), Michael St. John Smith (Charles), Christopher Britton (Jason Monroe).
Producción: Nick Wechsler.
Música: Brian Tyler.Fotografía: Tak Fujimoto.
Montaje: Dede Allen y Robert Brakey.
Diseño de producción: James Chinlund.
Dirección artística: Kelvin Humenny.
Vestuario: Monique Prudhomme.



En los últimos años hemos visto como la televisión ha desarrollado el último de los conceptos más aberrados del entretenimiento: Los “reality shows”. Los hay de todos tipos: los ricos que hacen labores de “pobres”, desconocidos que viven bajo un mismo techo, ricos que nos demuestra cuan ricos son, boxeadores que luchan por ganar, ejecutivos que quieren alcanzar el éxito pisoteándose unos a otros, gente que tiene que sobrevivir al medio y a sus compañeros de aventura… y así podemos seguir hasta el cansancio.
Basado en la curiosidad humana por ver lo prohibido, lo íntimo y lo sucio de sus vecinos, esta nueva forma de espectáculo ha tenido un éxito inimaginable de audiencia televisiva… ¿pero cuanto es suficiente?
Final Cut, nos presenta una alternativa extrema de los “reality shows”, la filmación total de la vida, sin cortes ni censuras.
Esta premisa, le permite Omar Naim, director y escritor de esta película ahondar de forma sencilla pero efectiva en varios aspectos de la moral humana: la manipulación de la información, la censura histórica, el boyerismo mediático y el fanatismo, entre otros temas.
La película se maneja en un presente alternativo, en el cual, si usted lo desea, sus recuerdos pueden ser grabados desde la infancia, gracias a un dispositivo neural que filma todo lo que la persona oye y ve.


¿Cuál es el objetivo de esta extraña moda?


La necesidad del ser humano de trascender más allá de la vida misma. Pero esto contrae cierto tipo de problemas. Por ejemplo, la grabadora neural graba absolutamente todo, lo bueno, lo malo y lo feo. Es ahí donde entran los “editores”, personas que manipulan la información de forma “ideal” para hacer lucir a los clientes como verdaderos héroes o por lo menos “personas dignas”,
Allan (Robin Williams) es uno de estos “editores”, un perturbado sujeto que vive a través de los videos que edita, para evitar afrontar su propia vida.
En medio de esta sociedad, se encuentran los detractores de esta moda, quienes piensan, que este dispositivo modifica el comportamiento del sujeto, convirtiéndose en un tipo de inhibidor social, y buscarán cualquier medio para desacreditar la empresa que desarrolla esta tecnología.
El guión de esta producción está contado de una forma muy simple, pero a la vez encierra una serie de interrogantes morales que le dan una gran profundidad, que se van presentando al espectador en forma de capas.
Hay que tomar en cuenta como uno de los atractivos de esta filmación, los pequeños cortos que Allan (el personaje de Robin Williams) desarrolla para sus clientes. Estos son de una riqueza visual magnífica y son parte importante del concepto que el director nos quiere mostrar.
Willliams, quién nos ha deleitado en películas como “Buenos Días Vietnan” o “Toys”, nos presenta una faceta como actor más íntima e introspectiva, más cercano a su persona de “One Hour Photo”, que al vibrante cómico al que estamos acostumbrados.
Este personaje que carga con un complejo de culpa desde su niñez, lo que lo ha llevado a ser un sujeto estático, austero y poco social. Williams ha encarnado este papel de forma muy digna y menguada.
La dirección de fotografía ha estado a cargo de Tak Fujimoto, quién ha hecho un trabajo muy sobrio y rico en detalles, al igual que la edición que estuvo a cargo de Dede Allen.
Provocadora e inteligente, esta película vale la pena verla… pero como siempre… con la mente abierta.

Resumen

Un Chip Zoë Chip es un implante que graba tu vida en-tera. Cuando falleces, el material que contiene toda tu vida es montado y editado en lo que se denomina una “Rememoria”, una película que se proyecta durante tu funeral. Un juguete para las clases más privilegiadas, los implantes Zoë están transformando las relaciones humanas, pero hay quienes están en contra de esta tecnología, y creen que los recuerdos existen para después desvanecerse gradualmente. Alan Hackman (Robin Williams) es el mejor “montador” de este negocio, su habilidad para garan-tizar la absolución de sus a menudo corruptos clientes le ha convertido en el más solicitado entre sus colegas. Sin embargo, su talento para ver la vi-da sin mediar emoción ha hecho de él un hombre distante, incapaz de ex-perimentar la propia vida en primera persona. Se considera a sí mismo co-mo un “devorador de pecados” ya que su trabajo le brinda la posibilidad de perdonar los pecados de los muertos. Tiene la esperanza de que si puede exonerar a los demás, de algún modo será capaz de perdonarse a sí mis-mo. Un día, montando una “Rememoria” para un alto ejecutivo de la empre-sa Zoë Tech, Alan descubre una imagen de su propia infancia que ha esta-do atormentándole durante toda su vida. Este hallazgo conduce a Alan a una intensa búsqueda en pos de la verdad y la redención.